Existen una variedad de recipientes para conservar alimentos, que varían no solo en precio y calidad, también en tamaño y materiales de diseño. Por ejemplo, hay bolsas herméticas, mejor conocidas como bolsas ziploc, que se utilizan mayormente para conservar alimentos.
Asimismo, podemos mencionar los contenedores hechos de plástico, vidrio o de metal, que se utilizan no solo para guardar la comida, también para transportarla.
Los tarros de conserva o tarros Mason son popularmente conocidos por conservar las mermeladas, los encurtidos, entre otras preparaciones que cuentan con un alto nivel de acidez.
¿Qué tipos de recipientes son especiales para conservar alimentos?
Aunque en teoría, cualquier recipiente o contenedor te puede servir para guardar los alimentos, lo cierto es que toma una gran importancia si los recipientes fueron diseñados para este objetivo, sobre todo si están fabricados en plástico, porque no todos los plásticos son aptos para conservar alimentos, debido a que podrían expulsar partículas dañinas para nuestro organismo.
Sin embargo, los contenedores de plásticos son los más populares y económicos en lo que respecta a recipientes conservar alimentos. Estos cuentan con tapas, que pueden ser herméticas o no, y existen una gran variedad de tamaños y formas, los mejores son los que son resistentes a altas temperaturas y se puede meter al freezer, horno o microondas.
Por otro lado, una alternativa más barata a los contenedores de plástico para almacenar comida, son las bolsas herméticas, también llamadas bolsas ziploc, estas se venden en empaques de decenas de cantidades y se pueden conseguir en diferentes tamaños.
Una de las grandes ventajas de las bolsas herméticas, es que no suelen ocupar mucho espacio, pero son menos resistentes y, por lo general, son de único uso. También podemos encontrar las bolsas herméticas hechas de silicona, reutilizables y mucho más resistentes, aunque no suelen ser muy populares porque el silicón es algo difícil de limpiar.
Por otro lado, tenemos a los contenedores hechos de vidrio resistente, que pueden venir con tapas de plástico, madera o vidrio, y que pueden ser herméticas o no.
Por lo general, estos son más caros y pesados. Algunos cuentan con una gran resistencia, pueden hasta resistir caídas y al freezer por un cierto tiempo, no obstante, no es lo aconsejable dejarlos demasiado en el congelador, pues podrían estallar.
Hay contenedores hechos de metal, que, en su mayoría, se utilizan para guardar alimentos en polvo, galletas, panes, etc. Sin embargo, algunos expertos consideran que los recipientes hechos de metal no son tan buenos para conservar alimentos, en especial, si necesitas hacerlo por un largo tiempo, ya que algunos metales pueden botar residuos tóxicos para nuestro organismo.
No obstante, hay recipientes de metal que están diseñados específicamente para conservar alimentos y por ello no botan partículas o residuos dañinos. Este tipo de metales se suelen incorporar a los llamados lonches o loncheras, que sirven para mantener la comida caliente o fría y transportarla.
En ese sentido, también hay que tener en cuenta los coolers y las neveras portátiles o de icopor, estas últimas fabricadas en poliestireno expandido, mientras que las primeras se encuentran hechas en plástico, con una capa de poliestireno expandido que les ayuda a mantener la temperatura interna.
Por lo general, este tipo de recipientes se utilizan para transportar una buena cantidad de comida o alimentos, en especial, las que precisan mantenerse en frío.
¿Cuáles recipientes son los mejores para conservar alimentos
La respuesta a esta pregunta depende de las necesidades y presupuesto de cada quien, además, lo ideal será contar con una variedad de contenedores para guardar comida, y así hacer uso de ellos dependiendo de lo que requiera cada situación.
Los recipientes de vidrio son considerados los mejores por la mayoría, pues además de ser más fáciles de lavar, no se les quedan tan impregnados el olor de los alimentos, y su material es uno de los mejores en lo que respecta a preservar alimentos.
No obstante, suelen ser los más pesados de todos, por lo que cuando necesites transportar comida, podrían no ser tan prácticos, es especial, cuando necesitas llevarte comida regularmente al trabajo o escuela.
Por otro lado, hay recipientes especialmente diseñados para cumplir un objetivo, como son los jarrones Mason o tarros para conservas, que conservan muy bien los alimentos o comidas con un pH superior a 4,2 y que pasan por un proceso de sellado al vacío a baño maría.
Los recipientes de plástico son más ligeros y sencillos de mover. La desventaja es que se suelen manchar fácilmente, por lo que resultan un poco complicadas para lavar. Pero representan una excelente alternativa económica.
En algunos casos resulta más útil usar bolsas herméticas, sobre todo para complementar la protección de los alimentos, ya que, si no cuentas con un recipiente con tapa hermética, sino con una normal, metes el alimento primero en la bolsa y la sellas, luego la pones en un recipiente con tapa.
Por otro lado, hay bolsas especiales que se emplean para sellar al vacío, para ello se necesita de otro equipo, pero ayuda a conservar mejor los componentes y nutrientes de los alimentos.
Las neveras portátiles, también llamadas coolers, o las neveras de icopor, también sirven para conservar los alimentos, sobre todo cuando se necesiten preservar a una determinada temperatura, y también se usan mucho para transportar comida.
Básicamente, cada uno de los recipientes tiene sus ventajas y desventajas, por eso conviene tener algunos de cada tipo, porque en varios momentos de nuestra vida nos resultarán útiles.
Puedes empezar comprando y usando recipientes herméticos hechos de plásticos, y lo complementas con las bolsas herméticas, después te puedes comprar recipientes de vidrio.
Pero para poder llevar comida al trabajo o en un viaje, lo mejor es contar con loncheras, coolers o neveras portátiles. Aunque cabe destacar que los recipientes para almacenar comida, no representan por sí mismos una técnica de conservación de alimentos, siempre hay que seguir los métodos necesarios para conservarlos de la mejor manera posible.